Cuando se presenta una situación de bullying o acoso escolar, el agredido y el agresor no son los únicos que participan, los testigos también juegan un papel importantísimo. Hay dos tipos de espectadores, los pasivos, quienes simplemente observan y guardan silencio, y los activos quienes se ríen, murmuran y, en ocasiones, hasta toman fotos o graban el evento. Los testigos se convierten en cómplices al no denunciar el abuso.