AUTOR: Mariana Leñero Solar
DESCRIPCIÓN:
Los problemas de conducta como el Trastorno Oposicionista Desafiante tienen un efecto negativo en el ambiente que envuelve al chico. Llega un momento en que a los adultos se les dificulta intervenir de forma asertiva en los episodios de explosión. De alguna manera, ya no son objetivos, están desmotivados, cansados y conectados con la problemática. Este documento ofrece diez consideraciones básicas que no deben olvidar los adultos en la manifestación de estos episodios de agresividad.
ÁREAS:
- Problemas de conducta.
- Agresividad, oposicionismo e inflexibilidad
- Escuela para padres
EXPLICACIONES Y METODOLOGÍA
1.- En el momento de la situación de explosión es muy difícil, inclusive imposible, que el chico entienda, razone, o reflexione sobre su conducta. Como he informado en otros documentos (videos), de ser posible, eviten que el chico llegue a la situación de explosión, pero si sucede, recomiendo contenerlo y no hablar (que no se haga daño, llevarlo a otro lugar sin involucrarse emocionalmente o corporalmente). Platicar con él sobre lo que sucedió será mejor hacerlo en otro momento.
2.- Si el evento no resulta ser de los más fuertes y es "manejable", procuren distraer al niño, no ignorarlo. He comprobado que el ignorar lleva a que la explosión se incremente más. Intervengan, como les mencioné, para contenerlo, pero evitando una actitud de agresividad. Busquen opciones constructivas que hacer para distraerlo. Por ejemplo, jugar un juego de mesa, hacer un proyecto, salir a caminar.
3.- Si se va hablar posteriormente sobre el evento, es importante evitar "hacerle un examen" para saber si sabe lo que pasó y su responsabilidad en el asunto. Es probable que el chico lo haya olvidado o no lo recuerde con tan clara intensidad. Por lo tanto, describan lo que sucedió evitando hacerlo con un juicio de valor, y sin esperar que sepa la respuesta. Si interrumpe pueden decir:
Primero te voy a decir todo lo que yo vi y luego tu me dices lo tuyo, pero por lo pronto te pido que no me interrumpas.
4.- Recuerden que dar mucha información no siempre es efectivo y en el adulto lo más probable es que aumente la impotencia y el enojo. En en este sentido, ustedes pueden utilizar un sistema que les recuerde que no deben de hablar, sino contener al niño, distraerlo o pedir ayuda (usar una pulsera, una marca, etc.).
5.- Determinen qué esperan de él de forma clara, concreta y específica. Consideren, a la vez, las consecuencias y los privilegios que puede obtener. Esto lo tienen que hacer antes de que sucedan los problemas y si es necesario, utilicen una imagen visual o escrita de lo acordado para remitirse a ella en el evento conflictivo o cuando se están percatando de que va a comenzar.
6.- Cuando hablen con el niño en calma, como les comenté, describan lo que sucede cuando se enoja, pero sin utilizar un lenguaje de reproche, sino que sea constructivo. Por ejemplo:
Así como aprendiste a leer y a escribir, vamos a tener que aprender a manejar tu enojo y tu frustración, pero no lo vamos a poder hacer en el momento que está pasando, porque cuando está pasando, no pensamos claro". Así que cuando pasa, vamos a decir "tiempo fuera" (utilicen cualquier frase que les parezca conveniente).
7.- Agresión atrae agresión, y el efecto de las palabras puede ser igual de fuerte que un golpe. Recuerden que ustedes son los adultos y los niños son "niños" por más que sus conductas estén demostrando lo contrario. A ustedes les corresponde ponerse por encima de la situación, y procuren, en la medida que puedan, no trasformarlo en algo personal. Recuerden que, muchas veces, es un problema que va más allá de su control.
8.- Pidan ayuda de su pareja o de una familiar. Aunque la persona que les ayude también está involucrada, pueden hacer un acuerdo de que a cada uno le corresponde una postura frente al evento. Una vez a uno le toca ser el que esté tranquilo, sea quien contenga o se lleve al niño y la otra persona se compromete a seguir lo que la persona asignada tome de decisión. Ustedes, como padres y adultos, también necesitan ir creando habilidades para desarrollar paciencia, y regular su agresividad o enojo y pedir ayuda es mucho mejor que hacerlo solo.
9.- Asociado con lo anterior, los padres deben procurar resolver sus problemas de forma más asertiva también entre ellos.Tienen que, por un lado, pedir ayuda al otro, y a la vez, ponerse del lado del otro para formar una fuerte postura en común. No necesariamente tienen que estar completamente de acuerdo con el otro. Me he topado con muchos padres que no realizan acuerdos, porque les cuesta ceder creyendo que al hacerlo el otro tendrá la razón de todo. Si ustedes aprenden, junto con su pareja, a determinar cuáles son las 3 cosas más importantes para cada uno, y aprenden a ayudarse mutuamente respentándolas, enfrentar el problema puede resultar más fácil.
10. Cuando se acerquen al chico procuren que su voz sea baja, tenue, dulce. Hagan lo mismo con su lenguaje corporal. Me refiero a que hagan este acercamiento inclusive cuando no hay un evento problemático; recuerden que muchos niños tienen problemas para entender las emociones, por lo que comenzar con estas actitudes al acercarse a él será de gran ayuda. Además, es recomiendo que eviten usar la palabra NO al inicio de las oraciones y la plática.