La ansiedad es un emoción del ser humano que ayuda los niños a protegerse de retos o amenaas del exterior.
El cuerpo reacciona ante algún peligro y de esta forma los niños se preparan a enfrentar posibles peligros. En este sentido podemos decir que una dosis de tensión es positiva en nuestra vida.
Los niños demuestran ansiedad de muchas formas, desde tensión en su cuerpo, inquietud, se enojan con facilidad, hacen berrinches, se mueven, muerden uñas, entre otras. Sin embargo la ansiedad deja de ser una herramienta positiva cuando esta imposibilita a los niños, y a los adultos para continuar con los retos cotidianos de la vida, ya sea porque está presente por la mayoría del tiempo, o la intensidad de su manifestación no desvanece.
Imagínense, además, si esto sucede a un niño que presenta TDAH. Muchas veces la ansiedad es vivida con una intensidad mayor y les imposibilita para tener mayor control sobre ella, ya sea con ayuda o entrenamiento. Recordemos que uno de los problemas con el TDAH es su dificultad para REGULAR las emociones, y si la ansiedad se percibe como emoción, consideren que entonces ésta puede mostrarse con mayor intensidad que lo que en otros niños sucede o como les dije, no logra disminuir aunque se le brinde estructura o ayuda externa (contención).
En ocasiones, creemos que los niños tienen ansiedad cuando forma parte de su inquietud, o vicecersa, no ponemos atención a los signos de ansiedad
Por lo mismo, es importante estar siempre al tanto de la forma en cómo se está manifestando la ansiedad en nuestros hijos y si requieren de apoyo, brindárselo con estas estrategias que les presentamos:
1.- Ambientes predecibles, organizados y con límites de tiempos y objetivos.
Cuando los niños saben que esperan de ello, y las prioridades que tienen que cumplir en el día. Muchas veces el tener una guía visual (calendario, post- its, agenda) ayuda a colocarlos en la realidad.
Asi como hacerlos conscientes del tiempo que les falta o que llevan haciendo una tarea o lo que les falta de la misma para evitar "dramas" de que no van a acabar, o que llevan "todo" el día haciendo algo que no les gusta.
2.- Como a los adultos, cada niño merece un tiempo para disfrutar de la vida; en ellos, por ejemplo, se refleja en el juego o en el tiempo de ocio. Ese tiempo que nuestra sociedad luego castiga con llamarlo "no productivo". No obstante, es uno de los más importantes como sería que los niños coman frutas o verduras o duerman a sus horas.
Con el juego y la imaginación los niños descansan, y pueden inclusive resolver sus conflictos o miedos o logros a través de lo que crean y construyen. Este tiempo fuera de la computadora o televisión, les aseguro que será uno de los más importantes para favorecer que la ansiedad o la inquietud no se manifieste necesariamente, de forma tan intensa.
3.- Estrategias para hacer las cosas lo más despacio posible (relajación).
Utilicen técnicas de relajación o el uso de una clave o palabra que le recuerde a su hijo que debe comenzar a relajarse o "no acelerarse. Las canciones también resultan ser muy positivas porque los arrullan y los colocan en un lugar en la mente fuera de el "acelere" que los está persiguiendo o los va a atrapar. Busquen opciones de técnicas de relajación que aquí les hemos brindado
4. Ayuden a aceptar errores o los malos momentos que han pasado.
Muchas veces creemos que el esconcer o evitar que los niños se frustren o se comiencen a enojar les ayudará a no mostrarse ansiosos. Sin embargo, si los niños tienen problemas para elaborar la ansiedad, lo mejor es que si ya aparecen ciertos indicadores de ansiedad uno como adulto pueda elaborarlos con ellos antes de que exploten. Esto no necesariamente es posible, pero sí puedo decirles que si comienzan a reconocer cuando su hijo se está comenzando a frustrar o angustiarse, ustedes traten ya sea de distraerlo o de hablar del tema.
A través de la expresión de sentimientos y de ayudarlos a darles sentido de realidad de la situación provoca que no llegue a sus extremos. En lugar de evitar que pase la ansiedad, muchas veces, hablar de la misma es positivo, por ejemplo, diciendo, -¿Qué crees que pasaría si no terminas la tarea?, y de ahí partir de su miedo más cercano para identificarlo como solo un miedo o fantasía.
5.- No generalizar, dar sentido de realidad.
Como les comenté anteriormente, es importante que se inviestigue qué esta pensando el niño y su fantasía, para ubicarla especificamente en cuál es exactamente su miedo o idea de lo que va pasar. No se trata, sin embargo, de NEGAR el sentimiento, sino simplemente darle realidad en su justo valor. En momentos de ansiedad uno generaliza con el "siempre", "nunca"..... Ayudarle al niño a entender que no es todo, todo es malo, o nada, nada es bueno. Pero recuerden empatizar con el sentimiento, es decir, ponerse en su lugar en vez de aleccionarlos.
6.- Fomenten momentos de descanso, ejercicio y buena alimentación.
El que los niños duerman lo necesario para sentirse descansados es de suma importancia para una mente sana y con menos tendencia a la irritbilidad.